Guelb Er Richat – el ojo del desierto
Por un largo tiempo, fue considerado como un impacto de meteorito a causa de su forma circularía y de los varios relieves que subrayan unas diferencias de altura desde 30 hasta 40 metros de profundo entre los varios niveles que le componen, esta estructura está asociada desde el ano 2000 a une fenómeno volcánico llamado cretáceo, viejo de 100 millones de anos. Aunque nunca fue observado ninguna lava en apariencia, este fenómeno resultaría de la creación de un domo magmático en la intersección entre fallas tectónicas que dejaron de crecer antes de convertirse en un volcán. Luego, se colapsaría gradualmente siguiendo una erosión kárstica.
Esta forma de mas o menos 50 kilómetros de diámetro fue descrita de manera muy simple a partir de 1916 pero gracias a las primeras misiones en el espacio, su forma atípica similar a un ojo abandonado en el desierto le dio cierta notoriedad porque se convierte en un hito por los astronautas.
El Guelb Er Richat ahora no está solo un formidable terreño de juego por los geólogos a causda de la grande diversidad de rocas que se puede encontrar allí sino es también una enorme refugio para la fauna y flora durante la temporada de lluvias. Asi, se puede observar varios reptiles (lagartos y serpientes), aves reproductoras (halcones, hubo-reales…) y también algunos mamíferos (murciélagos, chacales, zorros fenec…)
Por fin, varias construcciones revelan la presencia del Hombre en este sitio desde el Paleolítico.
