Nouakchott, antes de su nominación como capital en 1956, no solo fue un simple campamento militar sino un punto de cruce ya bien conocido para las poblaciones nómadas locales o exploradores como Antoine de Saint-Exupéry quien a veces aterrizaba con son avión de la Aeropostale.

Es alrededor del ksar (fortaleza pequeña) que la ciudad se desarrolla a fines de los anos 50 gracias al trabajo del arquitecto francés André Lecomte porque este lugar es un punto central en el país, creando un vinculo entre Moros blancos del Norte y y poblaciones de Africa Negra en el Sur, quedándose bastante cerca del mar y con un clima relativamente templado al comparar con las otras ciudades desérticas del país.

Despues de crecer exponencialmente, la ciudad casi representa ahora el 30% de la población total del país y ofrece a todos los viajeros una inmersión real en una capital africana.

Una de la principales atracciones es la artesanía. El centro cultural Saint-Exupéry la esta dedicado y es posible de comprar literalmente todo y absolutamente todo por un precio muy barato (joyas, esculturas, ropa, alfombras, telas…)

La gastronomía también está en el centro de atención y constituye una mezcla de productos del desierto (carne de camello, leche de camello), del mar (langosta a la parilla) y cereales locales (mijo y sorgo).

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